Hace 30 años, en la planta baja de una casa familiar, Kaníbales nació como negocio a partir del sueño de una familia cuencana: compartir con la ciudad aquellos sabores y deliciosos aromas con los que han crecido de generación en generación.
Lo que empezó como una iniciativa familiar, se consolida gracias a la buena acogida que tuvo la comunidad hacia sus ricas recetas y ambiente hogareño. Esto hizo posible que unos años más tarde, se lograra adaptar el segundo piso de la casa y así, naciera oficialmente la sede de Kaníbales en la Av. Max Uhle.
Kaníbales es orgullosamente el primer establecimiento en Cuenca en ofrecer un pollo asado preparado con una receta tradicional, de excelente calidad y en generosas cantidades para compartir toda la familia. Como emprendimiento, el sentido de responsabilidad social lo ha acompañado e impulsado siempre a buscar nuevas formas de mejorar cada plato, cada empaque, cada atención, y cada pequeño detalle para ofrecer el mejor servicio.
Al igual que Cuenca y la Av. Max Uhle, Kaníbales también se ha transformado y reinventado a lo largo de estos más de 30 años.
Más que nunca, ahora es un negocio de familia para familias, que mira al futuro, que mantiene sus estándares de calidad, que cada día busca innovar en productos y sigue, a través de sus aromas y sabores auténticos, consintiendo, cuidando y acompañando a cada familia ecuatoriana.